domingo, 15 de febrero de 2015

La Isla Mínima, de Alberto Rodríguez


Llevaba desde final de septiembre de 2014 con deseos de ver esta película. Solo había visto algunos fotogramas y el tráiler de este poderoso thriller andaluz en las marismas del Guadalquivir. Pero a veces entre unas cosas y otras se hace difícil ir al cine. Y han pasado los meses hasta que el que escribe estas líneas pudo disfrutar la película. Primero vino la Concha de Plata del Festival de Donostia para su actor protagonista, y Premio de la Crítica para su director de fotografía Alex Catalán luego vinieron un rosario de premios destacando los 10 Goyas que se llevó en la pasada edición (la 29) de estos premios. Y mis ganas iban en aumento, según iba leyendo en la prensa todos los premios que la película iba recogiendo, hasta que descubrí que ya había llegado al videoclub donde el pasado martes me hacía la tarjeta de socio. Por fin tenía en mis manos el DVD de La Isla Mínima. Algunos aconsejan disfrutarla en  la gran pantalla, por sus impresionantes planos aéreos de los paisajes fractales de las Marismas del Guadalquivir.



La película atrapó mi atención desde el principio. Desde ese plano en el que los dos personajes principales, los policías de homicidios Pedro - Raul Arévalo y Juan- Javier Gutiérrez atraviesan un puente durante las ferias de un pueblo sevillano, allá por el año 80, a donde son enviados para investigar la desaparición de dos adolescentes, hijas del barquero de la isla Antonio de la Torre.


Sucesivos personajes (más de 40, según descubrí en el making of) van siendo presentados, interpretados en la gran mayoría por actores andaluces, como "el niño" Jesús Castro, Salva Reina, Mercedes Leon, Paco Hinestrosa, Adelfa Calvo o Manuel Solo, con la excepción de la gallega Nerea Barros. El director con un reparto de secundarios prácticamente desconocido para el gran público, salvo la excepción de Castro, quería trasmitir al espectador, el mismo desconcierto que sufren los dos policías, al llegar a un pueblo donde absolutamente todos los personajes les son desconocidos. La Andalucía más profunda y desconocida presenta escenarios perfectos donde situar historias de todo tipo. En este caso, las Marismas del Guadalquivir y sus cenagosos meandros recuerdan a los Everglades de Florida, escenario natural donde muchas películas norteamericanas se han rodado. Pero también recuerdan a los arrozales de tierras valencianas que tan bien mostraron en televisión las series basadas en las novelas de Vicente Blasco Ibañez, Cañas y Barro o La barraca. 


El guión en el que se adivina un trabajo minucioso de documentación, está muy bien construido y va in crescendo hasta las secuencias finales, aunque hay algunos cabos sueltos que no vamos a desvelar aquí. Caben destacar entre todo el equipo de la película, el fantástico trabajo de vestuario de Fernando  García,  la cuidada fotografía de Alex Catalán y la embriagadora banda sonora de Julio de la Rosa, que ayudan a conseguir que La Isla Mínima ofrezca un trabajo cinematográfico sobresaliente que ha arrasado en la mayoría de los premios a los que estaba nominada. Además ha hecho más de 6 millones de recaudación, y ésto, sin contar con el reestreno que ha vivido la película en más de 200 salas a nivel nacional, y a la que auguramos cientos de miles de entradas vendidas, tras los 10 Goyas, incluyendo mejor película, director, actor  protagonista, actriz revelación, banda sonora, fotografía, dirección artística, guión original o vestuario. 
Impresionantes las imágenes bajo la lluvia.


Nos congratula la enorme difusión a nivel internacional que la película va a tener, gracias a los acuerdos de distribución que la productora ha logrado en multitud de países europeos, en sudamérica o en Estados Unidos, donde están a punto de firmar los contratos con la distribuidora. Desde nuestro humilde Blog de Cine Totó y amigos, esperamos despertar el interés en nuevos espectadores que sumen enteros a la recaudación global de esta magnífica película.